
Como hemos comentado en el artículo anterior, muchas veces el sitio que tenemos para ponerlo no nos da muchas opciones, pero vamos a explicar unos puntos básicos a tener en cuenta.
El primer paso para instalar el huerto es escoger su ubicación. Tenemos que tener claros dos factores fundamentales para esta gran decisión, la luz y el acceso al agua.
El agua tenemos que tenerla lo más cerca posible, pues pasaremos bastantes horas regando nuestras plantas. En el próximo artículo de Iniciación al huerto urbano profundizaremos más en este tema.
Respecto a la luz, la mayoría de las plantas necesitan luz directa para crecer, desarrollarse correctamente y producir cosechas abundantes. Es difícil determinar cuanta es la cantidad mínima de luz que necesitara nuestro huerto urbano para que funcione, ya que es diferente dependiendo del clima (continental, mediterráneo…), el color de las paredes cercanas (el blanco refleja mucho la luz) y el tipo de plantas que queremos tener.
Una regla muy “genérica” puede ser que tenga 6 horas de luz directa en la época de mayor duración del día en el año (junio en el hemisferio norte).

Crear un plano y marcar en él la exposición solar que tenemos durante el día también nos ayudará a distribuir mejor el huerto según nuestras necesidades y las de las plantas.
Tipos de hortaliza y la luz necesaria
Podéis informaros de las necesidades de cada planta u hortaliza más comunes. Aquí ponemos algunas básicas;
Pleno sol: ajo, alcachofa, brócoli, calabacín, cebolla, fresa, judía, tomate, pepino
Semi-sombra; escarola, guisante, haba, patata, puerro, berenjena,
Sombra; acelga, apio, col, coliflor, espinaca, lechuga, puerro, rábano…Sombra no significa que no necesite nada de sol, sino que pueden crecer bien con pocas horas de radiación solar.
Temperatura y viento
Otro factor que no debemos olvidar es el de exceso de temperatura y el viento. Este problema se da mucho en los maceto-huertos que están a pleno sol en las horas del mediodía. Muchas plantas pueden sufrir estrés debido al calor y al exceso de evaporación.
Esto se puede evitar instalando estructuras de sombra para los meses de verano. Otra solución, si tenemos jardineras, o mesas de cultivo es crear un pequeño microclima en la terraza.
Los recipientes y plantas de diferentes tamaños se dan sombra mutuamente, evita las temperaturas altas, la evaporación y crean pantallas que protegen del viento.
Nunca sabremos si nuestro balcón o terraza es propicia para cultivar, si no experimentamos para saber si tiene suficiente luz o no.

Experimentar es un concepto básico en la jardinería, y esto es una frase que debeis tenerla siempre presente a partir de ahora.
¿Con qué dificultades te has encontrado tú? ¿Cómo las has resuelto? Compartelo con nosotros más abajo.
Referencias
Libro el Huerto Urbano de Josep Mª Vallès.